X


[ Pobierz całość w formacie PDF ]

proporcionadas, ella no habr�a sentido ese odio hacia su aspecto.
N� P�ginas 38 111
Cherry Adair  Lecciones de seducción
Deseaba que Luke regresara y que todo el mundo desapareciera. Poco a poco,
los invitados se fueron despidiendo. Ya eran m�s de las dos y Luke todav�a no hab�a
vuelto. Nick fue el �ltimo en marcharse. Se agachó y besó a Cat en la frente.
 �Est�s segura de que no& ?
 �Vete!  Cat lo empujó . Gracias por ofrecerte para limpiar. Me ocupar�
personalmente cuando me despierte, la semana que viene.
 Has estado fant�stica, Cat  aseguró Nick . Eras la reina de la fiesta.
 Me alegra o�rlo  dijo sin reprimir un bostezo . L�stima que el pr�ncipe azul
no se quedara para verme resplandecer.
 Vio m�s que suficiente. Puedes estar segura.
 Eres un encanto, Nick. Un poco mentiroso, pero encantador. Vete a casa,
Nick.
Nada m�s salir por la puerta, Catherine sintió el peso de los hombros y se
encorvó. Estaba demasiado cansada, demasiado excitada y a punto de estallar. No
dejaba de imaginar a Luke acostado con Karen. Las albóndigas y la salsa picante le
hab�an sentado como un tiro. Se dirigió a la cocina para tomarse un digestivo.
Despu�s de ponerse cómoda con un pantalón de pijama, una camiseta de Luke y sus
viejas zapatillas, arrastró los pies hasta el salón y apagó el equipo de m�sica. Por fin
hab�a un poco de silencio.
Echó un vistazo alrededor. Todo estaba patas arriba, pero sab�a que no podr�a
conciliar el sue�o pese al cansancio acumulado. Se hab�a convencido de que no pod�a
hacer nada respecto a la ausencia de Luke, pero s� pod�a evitar encontrarse aquel
caos a la ma�ana siguiente.
 Me lo debes, Van Buren. Est�s en deuda conmigo  dijo para s�.
Llenó una bandeja de vasos vac�os y arrugó la nariz. Una enfermiza cantidad de
recuerdos acudieron a su mente de improviso. No pod�a soportar el olor de la
cerveza desde aquella fat�dica noche, nueve a�os antes. Todo hab�a comenzado de un
modo inofensivo. Sus amigos, con carn�s falsos, la hab�an sorprendido al llevarla a
un club para celebrar su decimos�ptimo cumplea�os. Catherine no quer�a recordar lo
que hab�a venido despu�s. Si lo hac�a, tomar�a el siguiente avión de regreso a casa.
Pero estaba segura de una cosa. La próxima vez que convenciera a Luke para
que la besara, se asegurar�a de estar completamente sobria. El objetivo segu�a siendo
el mismo, pero los planes hab�an cambiado. Hab�a tomado una decisión y se
mantendr�a fiel a su plan. Ya no recular�a como un cangrejo acobardado.
Se fijó en cómo iba vestida y torció el gesto con desgana. No era precisamente la
imagen de una seductora. Pero si aparec�a de pronto con un camisón transparente
negro y una liga, Luke huir�a despavorido. Ten�a que actuar con cabeza, sin prisas.
Ella se limitar�a a sugerir la idea y Luke tendr�a que interpretarla. Pero tendr�a que
estar preparada para el momento de la verdad.
Tardó m�s de una hora en limpiar la casa. Luke todav�a no hab�a vuelto. Cat se
mortificaba por albergar esperanzas mientras secaba el �ltimo plato junto al
N� P�ginas 39 111
Cherry Adair  Lecciones de seducción
fregadero al tiempo que el lavavajillas vibraba detr�s de ella. Pero sab�a que no era la
�nica mujer que deseaba a Luke. Tendr�a que jugar sus bazas con mucho tacto y
esperar a que Luke hiciera el primer movimiento. Tendr�a que ser muy paciente. Era
una de sus virtudes, pero Luke no la compart�a en absoluto.
Hizo una �ltima comprobación en el salón en busca de alguna copa de cristal.
Encontró una y volvió a la cocina para apagar la luz antes de acostarse. Todo estaba
limpio y ordenado. Luke la hab�a llamado �bicho raro�. Era cierto que pod�a resultar
algo obsesiva. Luke era justo lo contrario. Pese a ser bastante meticuloso en su
trabajo, era un dejado para la casa. Habr�a olvidado un par de calcetines sucios
debajo de la mesa de la cocina durante d�as hasta que hubieran podido caminar hasta
la lavander�a por su propio pie.
Las costumbres de Catherine hab�an arraigado en ella desde los seis a�os. Ella y
su madre se hab�an mudado constantemente, a veces en mitad de la noche. Se hab�a
acostumbrado a guardar cada cosa en su sitio por seguridad. Miró la hora en el reloj
despertador. Eran las tres y media de la madrugada. Seguramente ya estar�an
dormidos, arrebujados el uno contra el otro. Decidió que Karen tendr�a una de esas [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • amkomputery.pev.pl
  •  

    Drogi uĹźytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.